Nombre
El nombre del Ópalo deriva del latín “opalus” que a su vez deriva del griego antiguo “opallios” y significa “ver un cambio”. Otra posible etimología griega es “ophtalmios” (gema de ojo), pero la fuente original del nombre es probablemente el sanscrito “Upala” (piedra preciosa), lo que confirmaría la tesis de quienes afirman que India fue en un tiempo fuente de Ópalo para la Antigua Roma.
Composición química del Ópalo
La estructura del Ópalo es única y consiste en minúsculas esferas de bióxido de silicio alineadas en forma de pirámide. Es la refracción de la luz a través de los espacios entre las esferas a generar el característico “juego de color” del Ópalo. Son reflejos que cambian de color y a veces de forma según el ángulo de observación. Este efecto se presencia solo en éstas Piedras Preciosas. En los Ópalos sin juego de color como el Ópalo de Fuego Mexicano las esferas de bióxido de silicio están distribuidas de manera más casual.
Extracción del Ópalo
El Ópalo es extraído de rocas sedimentarias, donde llenan cavidades o venas. La extracción del Ópalo, así como su selección y la limpieza de la piedra en crudo, son ejecutadas a mano.
El 95% de los Ópalos con juego de color proviene de Australia, más precisamente de las regiones de Andamooka (1930), Coober Pedy (1915), Lightning Ridge (1902), Mintabie (1931), White Cliffs (1890) y de los campos de Ópalos de Queensland Boulder (una vasta área descubierta en 1869 y que se extiende alrededor de la pequeña ciudad de Quilpie). El maravilloso Ópalo de Welo, con sus colores vivaces proviene de Etiopia. Yacimientos de Ópalos sin opalescencia se encuentran en Brasil, Perú, México y Tanzania.
Historia del Ópalo
Una gema tan variada como el Ópalo cuenta con un gran caudal de leyendas y tradiciones. Por mucho tiempo ha sido usado como talismán, creyéndolo en grado de dar suerte a quién lo llevase consigo; los antiguos griegos creían que el Ópalo encarnaba la capacidad de prever el futuro, mientras que para los antiguos romanos representaba el símbolo de la esperanza y la pureza. Los árabes suponían que los Ópalos se habían caído del cielo con un rayo y que por este motivo eran protección contra los mismos, además de tener la capacidad de hacer invisible a las personas.
Para la tribu de la región de Andamooka, en el sur de Australia, el Ópalo era llamado desde siempre como “fuego del desierto” y se lo conectaba al mito de la creación del mundo. El creador habría descendido a la tierra montado en un arco iris que transformaba todas las piedras que tocaba en Ópalos resplandecientes, colorados con los colores del arco iris. En realidad el origen del Ópalo está conectado al formidable evento geológico que llevó a la aparición del “Great Australian Basin”, en un área un tiempo ocupada por un vasto mar interno. La mayor parte de los yacimientos de Ópalo australiano se encuentra en esta cuenca y las gemas son el producto de la disgregación de rocas sedimentarias depositadas sobre rocas todavía más antiguas.
Características del Ópalo
Los Ópalos son muy amados por el juego de color de sus reflejos que varían según el ángulo de observación. Al lado de su brillo multicolor, los Ópalos son codiciados por su estabilidad, que es un criterio importante a tener en cuenta en una gema que contiene el seis por ciento de agua. Un fenómeno típico de la opalescencia es esa ligera luz resplandeciente que resbala sobre la superficie de la Piedra Preciosa. La así llamada opalescencia. El efecto es consecuencia de las interferencias que la luz encuentra: la luz se difunde entre las capas sutiles de la piedra, creando este efecto maravilloso.
Variedad del Ópalo
Los Ópalos que presentan juego de color son diferenciados entre ellos según la roca matriz (conocida también como “potch”) en la cual se forman y de la transparencia y color que resulta (la tonalidad base en la que es visible el juego de color del Ópalo) El Ópalo Negro tiene un color de fondo negro y puede resultar opaco con alguna translucidez, especialmente si es expuesto a una intensa fuente de luz. El Ópalo Gris es un nombre usado raramente: los ejemplares de esta variedad en general están considerados como “Negros” u “Oscuros”, pero se distinguen si tienen un cuerpo de color gris, translúcido u opaco. El Ópalo blanco, conocido también como “Ópalo Claro” es una gema muy amada y muy de moda. Puede ser translúcido u opaco con un cuerpo de color blanco. El Ópalo de Welo muestra un color eléctrico-neón y diferentes formas o motivos sobre su cuerpo prevalentemente blanco, amarillo o color ámbar. El Ópalo Gelatina puede ser transparente o translúcido a causa de la ausencia de la roca matriz. Es llamado, según la tonalidad del cuerpo “Ópalo Cristal”, “Ópalo Cristal Blanco” u “Ópalo Cristal Negro”.
Los Ópalos con matriz (roca madre) incluida en el corte son llamados Ópalos Boulder. Cada Ópalo que tenga la roca matriz en su parte anterior son llamados “Ópalos con Matriz”.
No todos los Ópalos presentan juego de color. El Ópalo de Fuego es un cristal de Ópalo transparente o translúcido, sin juego de color, pero en su lugar exhibe maravillosas tonalidades anaranjadas, rojas, amarillas y también azules. El Ópalo de Fuego Buriti se extrae en Brasil y encanta por sus colores anaranjados, que recuerdan al Ópalo de fuego Mexicano. El Ópalo Peruano es una rara variedad que muestra bellísimos azules translúcidos, rosas y verdes, sin juego de color alguno. Otra variedad de Ópalo sin juego de color se encuentra en Tanzania y son los Ópalos amarillos y verdes translúcidos.
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Cuidado del Ópalo
Algunos ejemplares pueden romperse a causa de la perdida de agua, por este motivo es necesario proteger los Ópalos del calor extremo o de un ambiente particularmente seco. Repentinos cambios de temperatura extrema pueden dañar esta gema.