Tasación de joyas
“No todo lo que puede ser contado cuenta, y no todo lo que cuenta puede ser contado.” Albert Einstein (1879–1955)
Tasación de joyas
Cuando cumplí 21 años mis padres me regalaron un anillo de oro amarillo de 18 K con un diamante, que no era gran cosa. Un tiempo después entraron a robar a mi vivienda. ¡Ay! Solo al perderlo me di cuenta de lo que realmente valía aquel anillo. Las joyas no son una mera suma de sus partes, la mayoría de las veces están emocional o sentimentalmente vinculadas con su portador. Por suerte mi seguro tenía cobertura total, pero aun así sentí la pérdida. Aparte de los aspectos emotivos, en la vida hay momentos en que uno desea saber cuánto vale alguna de las cosas que posee. Tasando los bienes se pueden tomar las decisiones correctas sobre la forma de tratar y cuidar tales pertenencias. Aunque a veces se encargan tasaciones por curiosidad, por saber cuánto vale algo en comparación a lo que se pagó por ello, la mayoría de la gente encarga tasaciones por razones relacionadas con el seguro.
Hay tasadores profesionales para casi todo: inmuebles, joyas, antigüedades, pequeños negocios, corporaciones, coches, camiones, acciones, propiedad intelectual e incluso carreras profesionales. Pero ¿qué es exactamente una tasación? Dicho simplemente, una tasación es una declaración de valor y el tasador es la persona que realiza esa declaración. Una tasación de joyas es la opinión cualificada de un experto en gemas sobre el valor de la pieza examinada. Primeramente requiere una representación exacta del ítem y sus componentes (gemas y monturas), su identificación y la contrastación de su calidad con normativas internacionales. Una tasación de joyas bien hecha debería ser siempre por escrito y reflejar el coste promedio que debería pagarse para restituir el ítem en caso de robo.
Una tasación de joyas contendrá una descripción detallada de cada ítem, incluidas mediciones de la gema, tipos de metal y peso. También debería incluir notas aclaratorias de los términos y las abreviaturas, así como el nombre y la cualificación profesional del tasador, filiación profesional y, muy importante, los medios y las técnicas que se hayan usado para la tasación. Por ejemplo, el uso de la densidad relativa para calcular el peso estimado en quilates del set de gemas de las joyas). Obsérvese que la mera inspección visual no es fiable para identificar las gemas. Si un “joyero” solo mira las joyas y seguidamente comienza a bombardearnos con una tasación “de palabra”, puede ser recomendable batirse en retirada. Cuánto se pagó en su día por la joya y dónde se compró no tienen relevancia alguna para la tasación. Si el tasador siente curiosidad, podemos revelarle los detalles al final del proceso.
Una de las preguntas que más escucho es: “¿quién debería tasar mis joyas?” Siempre que se contrata un profesional, ya sea este fontanero o abogado, debe tenerse una idea de su formación, credenciales, reputación y experiencia. Básicamente, ¡tenemos que tasar al tasador! Podemos comenzar con preguntas simples como:
- ¿Cuántos años lleva haciendo tasaciones? Como en toda profesión, la experiencia es crucial. .
- ¿Tiene experiencia en la tasación de … (la gema que queramos tasar)? Algunas gemas se comercializan más que otras. Aunque el tasador sea muy experimentado, quizá no le resulte tan fácil tasar algunas de las variedades más exóticas. .
- ¿En dónde se formó como tasador? ¿Qué cualificaciones tiene? ¿A qué asociación profesional está afiliado? .
- ¿Cuál es su tarifa? Opino que hay tasadores no dignos de confianza que cobran un porcentaje del valor del ítem. Debería cobrarse siempre una tarifa fija según el tiempo empleado. .
- ¿Tiene Ud. referencias? .
- ¿Durante cuánto tiempo conserva registro de las tasaciones? .
- De ser necesario, ¿dispone de un laboratorio gemológico bien equipado al nivel actual? Muchas veces es sencillo el proceso de selección de un tasador, porque las aseguradoras aceptan solamente tasaciones de determinadas personas. Antes de encargar una tasación, consulte siempre a su aseguradora. Desde el punto de vista de un vendedor, suele ser importante la independencia del tasador.
Aunque yo prefiero recurrir a tasadores independientes que no compren ni vendan joyas, no siempre es posible encontrar uno en cada zona concreta. En tales casos debería elegirse un tasador que trabaje más como tasador que como comerciante que también hace tasaciones. Tras la tasación se recibe un informe escrito que será la prueba del valor. Algunas veces las tasaciones incluyen una imagen de cada ítem. Y cuando no sea así, será una buena idea fotografiar y catalogar todas las joyas que tengamos. En la era de las cámaras digitales esto es un juego de niños. Deberíamos sentirnos seguros: en compañía de amigos, parientes o abogado. No guardemos sencillamente una copia en el nuevo PC portátil. ¡También se extravían portátiles y similares! Es información confidencial, asegurémosla.
Asimismo, es interesante preguntar a nuestra aseguradora si el seguro del hogar nos cubre también las joyas. Las aseguradoras están interesadas en vender extras y nosotros somos los compradores. Recordemos que no se trata solamente de proteger el dinero ganado con esfuerzo, sino también el “valor emocional” de lo que suele ser (o será) herencia de familia. Las tasaciones del valor de restitución, habitualmente tasaciones para aseguradoras, sirven para cubrir a una persona en caso de pérdida de la propiedad. Se trata del importe que costaría comprar un ítem de igual calidad en el mercado minorista. En las joyas se tiende a estimar el importe por arriba, porque se quiere garantizar la restitución en un mercado que tiene precios fluctuantes. Por tanto, actualizar una tasación cada tres años es una buena y práctica regla. Esto nos garantiza no pagar excesiva o insuficientemente por los extras. También deberíamos preguntar a la aseguradora los intervalos de actualización de tasaciones que recomiendan y cómo afectan a la cobertura las tasaciones desactualizadas. Es obligación de la aseguradora restituir un ítem perdido por otro de calidad equiparable, pero más vale que leamos la póliza detenidamente. Algunas aseguradoras reemplazan los artículos perdidos por nuevos, otras pagan en efectivo. Necesitamos saber qué pasará si tenemos que reclamar. A todos nos gustan las sorpresas, pero no son divertidas cuando se ha perdido algo querido. Evitemos decepciones preguntando de antemano para estar preparados.